Brasil, una elección para los equilibrios del mundo

Siendo tendencia general, la multipolaridad está bien lejos de ser un camino inexorable

Las elecciones de Brasil (el domingo la primera vuelta, el 28 de octubre la segunda) son importantes por dos motivos. La elección enfrenta al candidato de la extrema derecha, Jair Bolsonaro, con el de la izquierda laborista representada por Fernando Haddad. Con Lula en la cárcel, está en juego un veredicto sobre el golpe de estado mediático-judicial con el que la oligarquía local ha restablecido su dominio tradicional en el país, anulando el proyecto que Lula encarnó en la primera década del siglo. Pero hay más.

El liderazgo de este país-mundo de más de 200 millones de habitantes, el mayor de América Latina, puede ser decisivo para dar tono a un continente en plena fase de reacción. Los avances de América Latina sacudiéndose gran parte del tradicional tutelaje del vecino del norte, han conocido inquietantes reacciones, tanto en Brasil como en Argentina y Ecuador, por no hablar de la caótica Venezuela chavista que paga por  innumerables defectos, pero ninguno tan decisivo como el imperdonable delito de haber repartido entre los pobres renta petrolera. La victoria de López Obrador en México, el pasado julio, no parece suficiente para cambiar ese vector continental.

El nuevo presidente mexicano goza de una mayoría holgada en cámaras representativas, estados y municipios. Esa mayoría no abarca, por supuesto, el control sobre los poderes fácticos, económicos y financieros, de las fuerzas de seguridad y del narcotráfico, de la dependencia hacia Estados Unidos y demás. Con eso le sobran al presidente grandes trabajos y dificultades. No parece que López Obrador tenga propósitos de encabezar un liderazgo hacia la soberanía continental semejante a los de Lula y Chávez durante la década anterior.

Aunque la victoria de Lula en Brasil fue mucho menos completa desde el punto de vista institucional que la de López Obrador, y aunque sus reformas tuvieron poco impacto social-transformador, más allá del progreso material de millones de brasileños de clase baja incorporados al consumismo, sí  había esa ambición. Y aquello tuvo grandes consecuencias para la emancipación continental y la construcción del mundo multipolar: América Latina, con su enorme fuerza y vitalidad humana, maduraba como actor internacional en el mundo, con sus nuevas instituciones y acuerdos supranacionales. Una victoria del candidato de la izquierda en Brasil, ¿dará nuevos impulsos a todo aquello? El interrogante es aún más amplio.

Siendo tendencia general en el mundo de hoy, la multipolaridad, la configuración de un orden con diversos polos de poder, está bien lejos de ser un camino inexorable. El avance de los presuntos aspirantes a configurarla, rellenando los vacíos dejados por Estados Unidos, es todo menos claro. En América Latina tenemos el descrito parón. Bajo el torpe dominio de la derecha alemana, la Unión Europea a la que se daba como seguro poder ascendente, está sumida en una seria y paralizante crisis desintegradora. Rusia registra innegables avances con Putin desde el punto de vista de su papel mundial (y esa es la razón de su intensa demonización), pero más allá de lo militar su fragilidad interna es grande, y está asumiendo riesgos considerables en el exterior. Oriente Medio está más desorganizado y tenso que nunca con la novedad de que ninguna potencia externa -y desde luego tampoco Estados Unidos, gran factor de caos allá- es capaz de intervenir con eficacia determinando el curso de los acontecimientos. Así, al lado del hecho del declive de Estados Unidos (50% de la economía mundial en 1945, 25% en los años setenta y alrededor del 15% actualmente, es decir un declive relativo porque viene de lejos y no impide su preponderancia), solo queda China.

Con ese ambiguo mosaico, el resultado puede ser no una verdadera multipolaridad, un nuevo orden mundial con pluralidad de actores en equilibrio o tensión, sino algo mucho menos estable y equilibrado de lo que suele darse por supuesto cuando miramos hacia el futuro. Veremos a qué contribuye la elección brasileña de este mes.

 

 

 

13 opiniones en “Brasil, una elección para los equilibrios del mundo”

  1. Conocido el resultado de estas elecciones, las màs manipuladas desde el advenimiento de una democracia temulenta, se abren dos vertientes sobre la continuidad de Bolsonaro. La de su salud es poco importante comparada con el disenso permanente de su vice, el general Mourão, mpuesto a su vera por el Ejèrcito. Algunos gestos y razones, tras el traspié vergonzoso con los médicos cubanos, retornados prontamente a la isla, dejando sin atención a amplias capas del Nordeste, y otras zonas del interior, alarman a los uniformados, ansiosos de una cierta paz social, que el presidente electo demuele al peor estilo Trump. Incapaz de debatir algo que supere el mero Tweet, asunto que ellos conocían bien, la praxis supera largamente a la teoría. Da la sensación que el vice apuesta por un populismo campechano, alejado de ciertas torpezas que arroja la supina ignorancia. No sería la primera vez que un alto oficial atraviese el rubicón del fascismo puro y duro

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  2. És fàcil recordar aquests dies de setembre de 1983, sobretot el dia deu, mentre frenèticament posava els últims tocs al projecte de fi de carrera, ajudada per uns quants amics, enumerant i retolant aquella munió de plànols com si el món s’acabés, assistíem emocionats a la primera emissió de TV3. Contra tot pronostic, aquella esperança posada en el retorn de quelcom que semblava un impossible, s’estava fent realitat ……. Mai de la vida, hauriem cregut que tot fos com ara, tenint un PSC donant suport a partits franquistes i altres d’indole feixista que sense vergonya donen suport i encoratgen les accions violentes de VOX i tots els satèl·lits de la ultradreta.
    En aquells anys de joventut on el futur començava a caminar lliures d’una dictadura, mai ens hauriem cregut , , aquell setembre, ni en el pitjor malson que, el PSC, faria el gir tan surrealista a tot el territori peninsular d’aquests darrers anys …….. Aclaparada llavors pel meu propi final d’una època i la possibilitat de començar-ne una altra en breu, aquell deu de setembre no podria haver copsat que el món s’acabava, ni volent. Me n’alegro que aquest senyor fos un professional militar i no, un polític incendiari, tal com ens estan acostumant darrerament els polítics del món.

    Moltes gràcies per informar-nos de tal gesta i també que finalment se li ha reconegut la seva reflexió i decisió assenyada. Però com bé ens ho expliques, sembla estem pitjor que mai en aquestes qüestió, del tot o res, per l’hegemonia econòmica.

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  3. Termina de agregarse un factor que puede cambiar el panorama político en Brasil.Al retiro del Comandante Villas Boas, conspiculo conspirador, muy averiado por una enfermedad degenerativa, lo sucederá el General Edson Leal Pujol, un cuadro de inteligencia,partidario de la multipolaridad, contrario el fascismo de Bolsonaro y cualquier quiebra de la legalidad constitucional. El fue quien echó a Mourão del Comando Sur durante su jefatura. Muy prestigiado y popular entre la tropa, cumplió estupenda labor en Haití, reconocida por el ex secretario General de la ONU

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  4. Moltíssimes mercès per explicar-nos-ho tan clar. Sabia quelcom per amics que en són i d’altres que hi estan vivint o hi han viscut i, certament cada cop sembla més difícil que puguin ensortir-se’n d’aquest pou, tot i estar encimbellat com a potència emergent.
    Tot està massa enrrarit i amb lloguers pels núvols, a la gent els cal viure massa protegida, veure com els contractes de treball poden ser, són !!, paper mullat i com els preus de productes estan pels núvols, en entrar i sortir del super ja han pujat, (així m’ho va comptar un amic), se que no exagerava ja que en tinc experiència en altres paisos i també un d’ells, la India, el qualifiquen d’emergent, és terrorífic.
    A part de tantíssima violència i pobresa endèmica a ciutat, però també en els poblets escampats per tot el territori, encara que es trobin a vora de la mar, fa d’aquesta terra un polvorí.
    Olhar pela janela, vendo a vida passar , não serve mais, verdade ou não?.

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  5. En Brasil todos los valores humanos están perdidos. Sitiado por el Ejército, el judiciario y una oligarquía agraria extremadamente cruel con los negros y mulatos que padecen su dominación,para colmo sin izquierda contestataria, el país internalizó a un don nadie de características fascistas, incapaz de hablar en público sin decir sandeces. Eso es jair Bolsonaro, manipulado por la cúpula del Ejército, la más reaccionaria desde el final de la larga dictadura que abrió´la ruta al apaño democrático. No es la primera vez que algo así sucede. Durante el Estado Novo de Getulio Vargas, que operó desde 1937 hasta 1945, co gobernó con Vargas Filinto Müller, su jefe de Policía,un declarado admirador de nazismo. Matizadas por cárceles y tormentos entre la escricta censura de prensa y correspondencia, deportarona a la alemania nazi, a la mujer del comunista Carlos Luis Prestes, Olga Benario, que murió en Dachau tras el parto. De manera que, las credenciales derechistas más extremas, siempre tuvieron un lugar en Brasil

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  6. En Brasil se conjugaron la caída del crecimiento económico (hasta convertirse en negativo) y su correspondiente crisis social se trasladó a lo político; el auge del populismo evangélico y las iglesias electrónicas estadounidenses (que hoy controlan más del 20% de las creencias de la población) implicaron un voto masivo a las ideas reaccionarias «ideología de género»; la marcada inseguridad que implica la creencia de que se puede aplicar mano dura; el voto castigo a la corrupción del PT; y, finalmente, el apoyo de la ultraderecha política y el neoliberalismo económico permitieron que calara muy hondo la radicalidad del planteo de Bolsonaro. Si bien existen posibilidades que un frente antifascista pueda revertir la elección en la segunda vuelta, es muy poco probable que suceda (En los últimos 40 años, en sólo en 12 de las 47 elecciones latinoamericanas donde hubo ballotage se cambió el resultado de la primera vuelta). Si a este explosivo cóctel tercermundista se suman el hackeo informático y mediático (que ya han triunfado en dos de las democracias más sólidas del mundo, EE.UU. y el Reino Unido) se completa un sombrío cuadro sobre Brasil, el Subcontinente Latinoamericano y la Humanidad.

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  7. Brasil navegó durante décadas entre el caudillismo oportunista de Getulio Vargas, y los golpes militares de diverso signo. Getulio, entre un leve trabalhismo y mucha demagogia, ensayó la feroz dictadura del Estado Novo, ultimado por los militares, antes aliados, cuando Subió Perón en Argentina, coincidiendo con la liberalización del getulismo, aliado de Washington, a cambio de financiarle al país, La acería de Volta Redonda, el caudillo, suicidado en el 54, en medio de otra crisis política, no tuvo descendientes tan variopintos. La posterior dictadura del ¨64, fue de signo anticomunista. A su finalización, deflagró, encabezado por Lula Da Silva El PT, una versión modernizada del trabalhismo varguista, que, en coyuntura favorable para las commodities, creo millones de empleos, aunque sin cambiar las relaciones de clase, siempre compartidas con la vieja oligarquía y su partido, el PSDB, del expresidente Fernando Henrique Cardoso,que los enemigos detestan. La ascensión de Dilma rousseff presenció el retroceso de las materias primas en el mercado mundial. Por esa razón y el odio al petismo en creciente fue depuesta a poco de ser votada, en maniobra que luego abarcó la proscripción de Lula y una prisión a la que se entregó mansamente, por obra y gracia de un juez del PSDB, mal instructor aunque dócil ante sus amor mientras, el General Villas Boas, jefe del Ejército, postrado a menudo por una enfermedad degenerativa de origen nervioso alzaba el gallo.Rol paralelo desempeño el STF del judiciario, cada vez más controlador de las leyes y el tránsito político del país. El capitán reformado Jair Bolsonaro tiene respaldo del Ejército y los medios, sobre todo el omnipresente «O Globo», junto a panfletos de extrema de derecha como «Veja» o la revista «Crusoé»

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    Joan Benavent

    Escribe un comentario…Brasil navegó durante décadas entre el caudillismo oportunista de Getulio Vargas, y los golpes militares de diverso signo. Getulio, entre un leve trabalhismo y mucha demagogia, ensayó la feroz dictadura del Estado Novo, ultimado por los militares, antes aliados, cuando Subió Perón en Argentina, coincidiendo con la liberalización del getulismo, aliado de Washington, a cambio de financiarle al país, La acería de Volta Redonda, el caudillo, suicidado en el 54, en medio de otra crisis política, no tuvo descendientes tan variopintos. La posterior dictadura del ¨64, fue de signo anticomunista. A su finalización, deflagró, encabezado por Lula Da Silva El PT, una versión modernizada del trabalhismo varguista, que, en coyuntura favorable para las commodities, creo millones de empleos, aunque sin cambiar las relaciones de clase, siempre compartidas con la vieja oligarquía y su partido, el PSDB, del expresidente Fernando Henrique Cardoso,que los enemigos detestan. La ascensión de Dilma rousseff presenció el retroceso de las materias primas en el mercado mundial. Por esa razón y el odio al petismo en creciente fue depuesta a poco de ser votada, en maniobra de golpe blando, que luego abarcó la proscripción de Lula y una prisión a la que se entregó mansamente, por obra y gracia de un juez del PSDB, mal instructor aunque dócil ante sus amos mientras, el General Villas Boas, jefe del Ejército, postrado a menudo por una enfermedad degenerativa de origen nervioso alzaba el gallo.Rol paralelo desempeño el STF del judiciario, cada vez más controlador de las leyes y el tránsito político del país. El capitán reformado Jair Bolsonaro tiene respaldo del Ejército y los medios, sobre todo el omnipresente «O Globo», junto a panfletos de extrema de derecha como «Veja» o la revista «Crusoé»

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  8. En Venezuela, hubo, en realidad «reparto» de la renta petrolera ? O algunos chavistas se repartieron la mayor parte y lo que quedo lo «partieron» entre millones de venezolanos y unas centenas de cubanos? Si repartes peces o panes, pero no enseñaz a pescar, cuando se agota la entrega quedas peor que antes, que es, justamente, lo que esta ocurriendo ahora en Venezuela.
    Por otra parte, tratar de mezclar «bolivarianismo» con marxismo, como prtenden los chavistas, es tan absurdo como querer mezclar sgua y aceite. Marx despreciaba profundamente a Bolivar, y con razon, pues, Bolivar fue un genocida.
    No puede haber » reparto» con corrupcion y en L.A. esta es absoluta, total, comprende todas las instituciones. Nadie en Europa puede entender la magnitud de este fenomeno, pues, alli no existe nada parecido, ni en el Sur de Italia, controlado por la mafia.

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  9. Con algunos de sus posts (y no me pierdo ni uno) me pasa una cosa curiosa; me digo, ‘bueno algo así barruntaba yo’. Pero, tras leerle, lo que eran borrosas conjeturas pasan a ser ideas bien definidas. Gracias una vez más.

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  10. Se puede apostar que Estados Unidos no permitira el triunfo de otro que no sea su candidato, si tuviera que matar matara, en un final un muerto o unos miles mas no significarian nada en su abultado record.

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