El acoso a Peter Handke

El Nobel de literatura se interpone en el camino de los apologistas de la guerra humanitaria de la OTAN

Los premios Nobel de literatura -no hablemos ya de los de la Paz- siempre fueron asunto polémico y politizado. Hace unos años el galardón literario se le concedió a Patrick Modiano, autor de una sola novela que se repite, una y otra vez, en toda su extensa obra. En 2010 se le concedió a Mario Vargas Llosa, un gran escritor que, curiosamente se ha ido haciendo mediocre (y hasta plagiador, véase el artículo de Enrique Serbeto sobre La fiesta del chivo ) conforme se hacía más reaccionario. En 2016, llegó la broma de considerar un gran literato a Bob Dylan… Políticamente es bastante corriente premiar a los escritores críticos con los gobiernos de países adversarios, lo que hace particularmente notable que autores no disidentes de esos países accedan al título, como fue el caso de Mo Yan en 2012. Considerando todo esto, es doblemente destacado que el Nobel de literatura haya recaído este año en el poeta y dramaturgo austríaco Peter Handke.

No solo tiene Handke méritos más que sobrados para tal premio, sino que desde los años noventa figuraba en el índice de los apestados, circunstancia que había convencido a todo el mundo, y en primer lugar al propio autor, de que nunca sería premiado. El motivo es que Handke criticó, con toda la razón, el informe mediático occidental contra Serbia que preparó las guerras de Bosnia (1992-1995) y Kosovo (1999). Sin aquello nunca habríamos llegado a comprender que las bombas de Javier Solana explicadas por el infame Jamie Shea, eran necesarias y humanitarias, que la agresión de la OTAN violadora del derecho internacional iba destinada a prevenir el genocidio. Por eso, su publicación, en enero de 1999, del texto Gerechtigkeit für Serbien (“Justicia para Serbia”) lleno de buen sentido, fue el escándalo literario del año en el mundo germanoparlante. Algo parecido le sucedió a Régis Debray en Francia, con su Carta de un viajero al Presidente de la República (1999). Ovejas negras que desentonaban en el rebaño. Notas que desafinaban en la disciplinada y gregaria orquesta.

Parecido pero de diferente calidad. Porque los Nouveaux Chiens de garde  que sufrió Debray en Francia eran los habituales payasos mediáticos de la derecha parisina, Alain Finkielkraut, André Glucksmann, Bernard-Henri Lévy y similares, mientras que los apologistas de la guerra en Alemania que denigraron a Handke eran gente de mayor categoría, Jürgen Habermas, habitualmente descrito como “el principal filósofo alemán vivo”, Hans Magnus Enzensberger o Peter Schneider. Habermas vio en el ataque de la OTAN a Serbia un «salto en el camino del derecho internacional clásico de los estados hacia el derecho cosmopolita de una sociedad civil mundial». En ausencia de instituciones responsables de mantener el orden global, la OTAN debía actuar como «instrumento de un derecho superior».

El texto de Handke se basaba en un viaje que el autor hizo con amigos en noviembre y diciembre de 1995 a través de Serbia. Su propósito era contar la verdad sobre Serbia y el conflicto. «Cuando los criminales de la OTAN bombardean el país, mi lugar está en Serbia”, decía en un contexto dominado por las acusaciones unilaterales y las tergiversaciones mediáticas más groseras. Handke volvió a Yugoslavia en 1999, cuando caían las bombas de la llamada guerra de Kosovo, y publicó sus notas “Unter Tränen fragend” (Preguntando entre lágrimas). Católico practicante, anunció que dejaba la “Iglesia actual” en protesta porque en su mensaje de Pascua, el papa no condenó “el arrollador asalto de la OTAN contra un país pequeño». Mas tarde visitó a Slobodan Milošević en La Haya y escribió sobre él nuevos textos incorrectos.

Por su comprensión hacia Milosevic, Handke fue comparado con Ezra Pound por sus loas a Mussolini, y con Louis-Ferdinand Céline, ese enorme escritor que fue fan de Hitler, poniendo el signo de igualdad entre actitudes, situaciones y personajes tan diferentes. Como escribió hace unos años el historiador Kurt Gritsch en la revista Hintergrund, “apenas se intentó entender la motivación de Handke, al revés: se cuestionó su credibilidad e integridad”. Es una manera moderada de decirlo.

Lo que hubo fue un linchamiento, algo particularmente asqueroso cuando los pateadores de la víctima hablan alemán, lo que inevitablemente se asocia con perros de presa y un fondo de reflectores y alambre de espino. Se le tachó de “negacionista”, de “tonto útil”, etc., y todo para justificar una enormidad: la primera participación alemana en una guerra desde Hitler. Esa circunstancia no concurría en Francia.

A Habermas en 2001 le dieron el premio de la paz de los libreros alemanes. A Handke se le nominó en 2006 para el premio Heinrich Heine pero el consejo municipal de Düsseldorf protestó recordando la “actitud proserbia del autor” y el entonces presidente de la región de Renania del Norte-Westfalia, Jürgen Rüttgers, declaró indigno de tal premio “a quien ha relativizado el holocausto”.

Este tipo de acusaciones y reproches deshonestos se han mantenido hasta hoy y han resurgido con motivo de la concesión del Nobel de literatura. “Nadie ha convertido en tanta pequeñez las masacres, la guerra y el sufrimiento en los Balcanes tan expresivamente como Peter Handke, para las víctimas, la decisión de Estocolmo tiene un mensaje demoledor”, señalaba hace unos días el Frankfurter Allgemeine Zeitung. “Alemania estaba en guerra con Milosevic por muy buenas razones humanitarias, ¿no honramos ahora a los apologistas del dictador?”, se pregunta en el Tagespiegel el embajador y lobbysta del complejo militar-industrial alemán Wolfgang Ischinger.

Los mismos que en su día contaminaron el informe yugoslavo, sobre el que hoy disponemos de cuadros mucho más completos y realistas continúan manipulando y tergiversando. Por una vez el Nobel de literatura se les ha atravesado en el camino.

(Publicado en Ctxt)

 

 

 

10 opiniones en “El acoso a Peter Handke”

  1. Interesante artículo. En cuanto a los premios Nobel de literatura que premian a los escritores críticos con los gobiernos de países adversarios el ejemplo reciente mejor es Svetlana Aleksievich, que ni siquiera ha escrito un libro de ficción literaria, tan sólo reportajes periodísticos.

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  2. Hi ha alguna cosa en aquesta aportació del teu escrit que no em queda clar, realment es compleix allò que va deixar escrit en el seu testament Alfred Nobel que -una part (o sigui 1/5) a la persona que hagi produït l’obra més destacada de tendència idealista dins el camp de la literatura, «- el de la Pau, és evident però i en les altres especialitats, química, física … ..també cal demostrar-ho, o no?. el que no m’ha quedat clar és això de «idealista» ja que en l’altra mura també existeixen els idealistes, veritat?. Llavors en què quedem pot o no pot ser-ho.

    Per una sèrie de circumstàncies, recordo la història de com aquest enginyer va tenir aquesta idea, l’any que tot va començar, el 1888, va ser l’Exposició Universal de Barcelona, quan un diari francès va publicar la seva mort expressant-ho així – el mercader de la mort es mort – confonent-el amb el seu germà. De la reflexió de com el món el recordaria, frabricant d’armes i inventor de la dinamita, (no la polvora) va sorgir un testament donant peu als Premis Nobel, en diverses especialitats menys les matemàtiques, els del politècnic podem entendre els perquès. Malgrat això ara és donen a aquesta especialitat amb un nom diferent.

    Pel que conec puc deduir que tots cal estiguin exempt de qualsevol taca … tot i que ell deia en l’últim any, els executors dels premis a causa de problemes probatoris d’errors científics, van endarrerir, van recolar en el temps per assegurar-se la veracitat de les troballes.
    El que em porta a reflexionar, si un escriptor per exemple canvia al llarg de la seva obra … ..que cal premiar, la del temps que si s’escau dins dels Nobel o només l’última part i, on comença aquesta.
    En Ze de Saramago va dir «» quants cecs seran necessaris per fer una ceguesa » i també per reflexionar-hi » jo no escric per agradar, ni tampoc per desagradar. Escric per desassossegar «…..uf!!.

    Mercès pels teus escrita, sempre en fan reflexionar.

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  3. ¡Qué placer leer un texto «sin domesticar»! Los busco incansable pero no suelo tener suerte. Mil gracias, Rafael.

    Nota. Suelo compartir en redes todos estos textos con el enlace de Contexto (las imágenes atraen a quienes revolotean por allí), pero esta vez no lo encuentro, quizá porque acaba de publicarse. Si alguien ya lo tiene, por favor, ¿tendría la bondad de dejarlo en este mismo lugar?

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  4. Creo que si algo hizo la comunidad internacional en Yugoslavia es pasar del tema mientras se gestaba el conflicto por causas claramente internas. No en vano, lo que les preocupaba realmente era Polonia, aunque ahora resulte difícil de entender echando la vista atrás sabiendo lo que pasó desde 1990. Dicho esto, lo que pasó en ex Yugoslavia no tuvo que ver con la izquierda y la derecha por mucho que Milosevic empleara esa retórica como grosera propaganda. Lo que pasó en el valle del Drina solo se puede calificar de una sola manera y no hay más que leer un poco para ver que fue algo programado, organizado, coordinado, sistemático y sostenido en el tiempo. El nº1 en todo aquello era Slobodan. El premio a Handke me parece perfecto, pero su postura, en los años que la tuvo, y su cercanía a Milosevic, siendo benévolos, solo se pueden calificar como una equivocación. Al margen de que es un flaco favor el que se le hace a Serbia alineándose desde fuera con una figura tan lamentable, que tanta ruina y dolor trajo a los pueblos circundantes y a suyo propio, como Milosevic. La discusión sobre el derecho de autodeterminación dentro de las fronteras de Yugoslavia, si correspondía a las nacionalidades o a las repúblicas, es completamente legítima, pero desde el momento en el que se pretendió resolver asesinando de forma masiva e indiscriminada a personas inocentes carece de todo sentido. Solo desde una frivolidad intelectual indecente puede hacerse.

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