Se cierra el cerco alrededor de Julian Assange

Tras seis años de confinamiento, incomunicado y aislado, el imperio se cobra su cuenta

A principios de abril, Joseph Di Salvo, subcomandante del mando sur (Southcom) del ejército de Estados Unidos, visitó Quito. El asunto de su visita era la negociación para la reapertura de una base militar americana en Ecuador. El anterior presidente, Rafael Correa, la cerró y su sucesor, Lenin Moreno, quería restablecer el tradicional vasallaje a Washington: “estrechar las relaciones de seguridad entre ambos países”.

En 2012 el gobierno de Correa fue muy valiente al brindar asilo político a Julian Assange en su embajada en Londres. El fundador de Wikileaks cometió el delito de documentar algunos de los crímenes de guerra de Estados Unidos en Afganistán e Irak. Mas tarde reveló los pucherazos del Comité Nacional del Partido Demócrata de Estados Unidos para reventar la campaña de Bernie Sanders en las primarias de las presidenciales de 2016.

Assange, que junto con Snowden han propiciado uno de los mayores descréditos mundiales de Estados Unidos al documentar la existencia de big brother e identificar su criminal funcionamiento global, se convirtió inmediatamente en un enemigo del imperio a eliminar.

Desde el mismo inicio del escándalo, los documentos del Pentágono revelan el propósito de desprestigiar a estos héroes de nuestro tiempo y convertirlos en villanos. Lograron que Snowden tuviera que refugiarse en Rusia, presentaron a Assange como violador en un caso sueco fabricado que se desmoronó definitivamente en mayo de 2017, y afirmaron que Rusia era la gran proveedora de informes para Wikileaks, a fin de recolocar toda esa valiente disidencia en el rodado cuadro ideológico de la guerra fría después de que los estados europeos se negaran en redondo a concederle asilo.

Perseguido durante ocho años, Assange se encuentra desde hace seis en una pequeña habitación del piso de la embajada ecuatoriana en Londres, carente de luz solar, con grave perjuicio para su salud, acechado por los servicios de inteligencia que controlan todos sus movimientos y visitas, y conocen hasta el más íntimo detalle de su existencia allá dentro.

Si todo eso era duro, el mismo día de la visita del General Dio Salvo a Quito, Ecuador anunció que cortaba todas las comunicaciones de Internet y teléfono de Assange, así como todas sus visitas excepto la de sus abogados y las del suministro de comida. El peligro en el que se encuentra Assange es extremo.

El fiscal general de Estados Unidos, Jeff Sessions, dice que su castigo es una “prioridad”, el director de la CIA, Mike Pompeo califica a Wikileaks de “servicio de inteligencia no gubernamental hostil”, el ex vicepresidente Joe Biden le calificó como “ciberterrorista” y en la memoria está la exclamación de la ex secretaria de estado Hillary Clinton, “¿no podríamos simplemente matarlo con un dron?” (Can´t we just drone this guy?”).

En mayo Correa ya adelantó que los días de Assange estaban contados porque el nuevo presidente, “lo echará de la embajada a la menor presión de Estados Unidos”. El lunes la ministra de exteriores ecuatoriana, María Fernanda Espinosa, confirmó en Nueva York que se mantendrá el bloqueo de comunicaciones a Assange. Al día siguiente Espinosa era  elegida presidenta de la asamblea general de la ONU con la bendición de Estados Unidos.

Los mismos medios que comenzaron publicando las revelaciones de Assange y su red, desde The Guardian, hasta El País, y Le Monde, pasando por Der Spiegel, contribuyen hoy al acoso y denigración del personaje. El vasallaje a la orden del imperio es general y completo. ¿Qué podrá hacer contra eso la concentración de protesta convocada en Londres el día 19 para marcar el sexto aniversario de su cruel y estrecho asilo? Pese a toda la retórica sobre la “sociedad civil”, pocas veces la desproporción de medios y fuerzas entre David y Goliat había sido tan gigantesca.

 

 

 

 

2 opiniones en “Se cierra el cerco alrededor de Julian Assange”

  1. El fet de les manipulacions de governs, els quals fan servir tota la seva parafernàlia per desacreditar periodistes o polítics, incòmodes, que els priven d’actuar impunement, es de rabiosa actualitat.
    Que ens comptes que no sapiguem ja, oi ?, ves per on, molt més recent, hem pugut veura com terra banyada per aigües mediterrànies, era esquitxada des de ponent amb aquests tripijocs. Mercès, sense cap dubte, a la complicitat d’altres estats, tant sols per aquesta ajuda tan preuada, l’económica, que els privi d’enfonsar-se en el fang d’aquesta economia globalitzada, trepitjant i fent caure sense cap mena de vergonya, aquests Drets aconseguits amb tant d’esforç col·lectiu.

    Fa tant que, Equador, va canviar el sucre dels seus amors, el qual, mes a mes, es devaluava per horror dels que habitàvem aquelles terres que, sense cap rubor, es van deixar socórrer pel dolar. Així va ser com per sempre mes va quedar Equador penjat del fil d’USA ….. el titella va quedar servit en safata de plata (entengui’s dolar) ……..
    El cinisme (per dir-ho d’alguna manera) de futurs governs era previsible, cosa que no deixa en bon lloc ni a l’ONU ni a cap organisme que depengui d’algun que altre poderós soci coloborador- aportador..
    És decebedor i em dol en l’ànima veure com el vaixell sempre va escorat cap a la mateixa mura. Pel que anem sabent, aquests organismes, surten ja de les drassanes dissenyats amb una certa escora, corregir-la és un impossible tal qual estan les coses actualment. Caldria deconstruir per tornar a construir……en rehabilitar-los no en fariem prou ben segur, però el que em pregunto és, ho empitjorariem mes si cap o aconseguiriem millores.?….uf!!……per reflexionar-hi.

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