La cuestión UE: dilemas y fantasmas

La actual construcción es irreformable sin ruptura, pero el miedo de los progresistas al nacionalismo paraliza todo propósito y alimenta lo que quiere evitar

La cuestión de la UE divide y lastra a las fuerzas progresistas europeas hasta la impotencia. ¿Por qué? Por un lado cada vez se acepta más el hecho de que, por lo menos desde los años noventa, la UE se construyó y se concibió como la franquicia de la mundialización neoliberal en esta parte del mundo. Es una construcción blindada porque toda la política neoliberal, de austeridad, privatización, de supremacía de las finanzas y las empresas sobre los Estados, de destrucción del estado social, de deslocalización e incremento de la desigualdad en beneficio de los ricos, todo eso, está metido en los tratados fundamentales de la UE.

Esos tratados, que nadie ha votado, son prácticamente inamovibles porque cualquier cambio exige el voto de todos los Estados miembros, algo prácticamente imposible. Cualquier proyecto de transformación choca con los tratados. Los tratados blindan la política y las instituciones del neoliberalismo en Europa, porque colocan a esa política y a esas instituciones fuera del alcance del parlamentarismo y de la soberanía, es decir fuera de la democracia.

Esta estúpida y retrógrada construcción de cemento alemán no tiene marcha atrás. Como dijo Jean-Claude Juncker en su famosa entrevista con Le Figaro de hace un par de años, “no hay democracia fuera de los tratados”.  Así que para cambiar las cosas y hacer posible una política social en los estados europeos, es necesario romper la actual arquitectura germana de la UE. Reforma aquí es igual a ruptura. Y ahí es donde nos topamos con la Iglesia.

La sacralización de la UE, factor de su desintegración

Para un gran sector de la progresía europea, romper la UE es anatema. La UE está sacralizada. No ya romperla, sino únicamente criticarla es hacerle el juego a algo a lo que esa progresía le tiene mucho más miedo que al neoliberalismo: el nacionalismo, generalmente capitalizado por la extrema derecha, xenófobo y ultramontano que nos trae ecos de la Europa parda de Estados enfrentados entre sí de los años treinta. Antes que apuntarse al soberanismo, que es nacional-estatal, porque ese es el marco de la única democracia (de baja intensidad) que tenemos y enfrentarse a la UE, esa progresía, por miedo a ese espectro, prefiere seguir comulgando, como dice Frederic Lordon, con el internacionalismo europeísta, es decir, “el internacionalismo de la empresa, de la economía neoliberal, de la moneda, del comercio y de las finanzas”, en otras palabras: con todo aquello que ha deteriorado la vida de la mayoría social en las últimas décadas.

Evidentemente, todo eso no tiene nada que ver con el internacionalismo social de la izquierda, ni con el humanismo “de los que aún creen en el legado de Erasmo, Dante, Goethe y Comenio”, como afirma el manifiesto “Europa en llamas”  lanzado por el patético Bernard-Henry Lévy “en defensa de la civilización”. Este temeroso alineamiento con el neoliberalismo y sus autopistas institucionales europeas de la progresía mediática y política, generalmente acomodada, es lo que ha hecho que las clases populares desfavorecidas huyan como de la peste de los discursos de la izquierda europeísta y de su (neo) liberalismo social que va en el mismo paquete. No es que los de abajo se hayan vuelto locos. Lo que pasa es que esto dura ya muchos años, que ya hay una experiencia vivida que ha generado alergias masivas a esa mezcla de avalar la degradación socioeconómica y potenciar cuestiones de género e identidad para compensar lo anterior que está en el discurso progresista-europeísta. Así que muchos antiguos votantes de la socialdemocracia o bien no votan, o bien lo hacen, cabreados, por opciones que venden rupturas, aunque sea por la puerta falsa.

Todo esto tiene diversas concreciones y lecturas en diferentes países. Ahí está buena parte de la explicación del Brexit, de la Hungría de Orban, de la intoxicada Polonia, del extraordinario auge que el Frente Nacional experimenta desde hace tantos años en Francia, de que el cinturón rojo de Barcelona se haya pasado a Ciudadanos, o del éxito general que se vaticina a la nueva ultraderecha en España -Cataluña carlista incluida- sin ir más lejos. Pero si hay que hablar de tendencias generales, yo diría que la sacralización de la Unión Europea para protegerla de la crítica, es cada vez más insoportable para más gente.

¿Cómo solucionar esto? ¿Qué tiene que hacer la izquierda para afirmar un europeísmo que valga la pena, que no sea una estafa neoliberal, que no le obligue a comprar en el mismo paquete a Erasmo, Dante con el Banco Central Europea, Goldman-Sachs y la creciente desigualdad? ¿Es posible una reforma social en la UE sin salir del corsé de la moneda única? ¿Es posible una reforma social de la UE, sin que Alemania y otros beneficiarios del euro, rompan el club? Muchas preguntas y una sola certitud: continuar así, avalando el europeismo sacralizado, es seguir alimentando la Europa parda. El razonable miedo de la progresía europeísta a la extrema derecha, solo puede engordar a la bestia. ¿Qué aportará a esta paradoja una nueva crisis como la del 2008, que muchos observadores ya consideran ineludible?

Había una vez un circo

A falta de respuestas, el establishment y sus papagayos mediáticos señalan al culpable: Rusia. La mayor noticia falsa de los últimos años, la elección de Donald Trump como consecuencia de la injerencia rusa, no solo se impone cuando aún está húmeda la anterior (las armas de destrucción masiva de Sadam Hussein), sino que crea escuela en Europa. La estupidez complotista alcanza niveles grotescos y afecta a los máximos líderes europeos. Merkel y Macron advierten de la injerencia rusa en las elecciones europeas, pese a que su teléfono no está controlado por el Kremlin sino por la NSA y pese a que el único embajador que flirtea descaradamente en Berlín con los fachas de la Alternative für Deutschland y se inmiscuye abiertamente en la política local es el de Estados Unidos. Macron suelta que Moscú manipula a esos “chalecos amarillos” que ya han invalidado la posibilidad de toda política socialmente regresiva en Francia bajo el actual presidente (por eso sostengo que Macron está acabado, incluso si gana las europeas).

En El País, un diario español que años atrás fue serio, pueden leerse cosas como: “Uno a uno, día tras día, como en un aterrador relato mitológico, polimórficos tentáculos se extienden desde la impenetrable atalaya del Kremlin y alcanzan y ciñen el hermoso cuerpo de Europa”. El artículo viene ilustrado con la foto de la hija del portavoz del Presidente Putin, que trabaja de becaria para un diputado ultra francés en Estrasburgo. En La Vanguardia, otro diario serio, se afirma   sobre el grotesco procés que en Barcelona, “hay quien sostiene que el enemigo es España sin ponderar que podemos ser una pieza de tablero de ajedrez que se maneja a distancia desde Moscú”.

Lo de menos es que los periodistas hayan perdido el miedo al ridículo. Lo peor es que, en toda Europa, toda esta estupidez va de la mano de un rearme militar muy serio con incremento de las tensiones bélicas, incluidas las nucleares. Todo esto avisa que la próxima crisis tendrá un marco de tensión internacional que apenas existía en la anterior crisis de 2007/2008. ¿A quien le importan las elecciones europeas en medio de este quilombo?

(Publicado en Ctxt)

 

 

8 opiniones en “La cuestión UE: dilemas y fantasmas”

  1. El molt admirat periodista, senyor Kàiser, com tants d’altres he escoltat, encara va explicant que el nacionalisme independentista a Catalunya és burgès … . Caldria que tingués a bé intentar fer una esmena al seu discurs tan fora de lloc, el passat ja va ser, ara és futur, el present quan s’escriu ja se’ns ha escapat de les mans.
    Comprenc que en aquests temps ser especialista en alguna cosa tan canviant és complicat …. però tot se’ns està desdibuixant i s’albiren temps de recomposició, reformulació de tot el que vam conèixer durant tants anys, només ens cal fer un cop d’ull vers la Xina. Res és el que va ser i ben segur ja no podran virar el rodó.

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  2. Realment caldria que ens poséssim les lents, de mirar d’aprop, quan parlem del nacionalisme a casa nostra, res és igual sinó a l’inrevés. Tot i que els noms són coincidents amb els de Pirineus enllà, és com dir que el PSOE o el PSC són d’esquerres …… o bé que l’antiga CiU són de dretes. Els primers, de socialista i d’obrers, fa temps no tenen res de res, sinó que han virat a estribord tant que, amb la derrota Convergència ha llançat per la borda molt llast, tant que han virat cap a babord.
    S’ha transformat tantíssim el nostre horitzó polític que l’últim baròmetre publicat els situa en el mateix punt, a un i altre. Res és el que sembla, les sigles han perdut els continguts d’altres èpoques, fins a l’extrem que l’unionisme està, una mica més amurat a estribord que el nacionalisme-independentista que s’està aproant a babord.

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  3. La sorprendente intentona de Pence de empujar a Alemania a realizar una provocación contra Rusia, recordó cuando el genocida Churchill empujo a la Alemania de Hitler a la guerra contra la Union Sovietica, aunque luego se decidiera por el famosos “deja que se maten entre ellos” para al final rematar al vencedor.
    Es claro que el viaje de Rudolph Hess a Inglaterra seria con la intención de informar sobre la fecha de inicio para la Operación Barbaroja en cumplimiento de algo acordado a cambio de la paz entre compinches.
    Es historia que después de la caída de Berlin Churchill intentaba llevar a cabo su plan atacando a la vencedora Union Sovietica pero no encontro idiota que lo respaldara luego de la brillante demostración del arte militar sovietico sobre el llamado “mejor ejercito del mundo.”
    Pero no estaba en los planes de los Estados Unidos salvar el Imperio Britanico dejando con las ganas al senil genocida Churchill que por cierto se había estrenado asesinando campesinos cubanos en 1896 militando entre los españoles según las memorias del General Jose Miro Argenter al haber detectado los ingleses con las tropas en campaña.
    Para la actualidad, el caso constituye una nuestra mas del trato de colonias otorgados a los países europeos.

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  4. Yo creo que se pueden describir y analizar los problemas de la UE cómo si se tratara de un paciente qué ha adquirido una enfermedad mental doble: esquizofrenia seguida o precedida de Efecto Estocolmo. Efectivamente, la esquizofrenia se manifiesta cómo una pérdida de contacto con la realidad, seguida de manías persecutorias y visiones y, muchas veces, de impulsos suicidas. Las tres cosas se dieron en la UE de Merkel y Junker.
    Es esquizofrénico ver enemigos donde no los hay, en Rusia en este caso y no verles donde los hay: USA, esencial, aunque no únicamente; pues, el islamismo radical es más peligroso aún. Los alemanes y los ingleses, por partes iguales, tienen el dudoso mérito de haber inyectado ambos males – esquizofrenia y efecto Estocolmo en los países de la UE. Lo del islamismo radical en Europa es una enfermedad transmitida por más europeos: franceses, belgas, ingleses, esencialmente.
    Pero, el golpe final y casi de muerte (el impulso suicida del cuál hablo) lo iba a dar la Merkel con su invitación a entrar en la UE a Erdogan y sus 20 0 25 millones de potenciales yihadistas, que venían no sólo con su Corán, sino con instrucciones precisas de reproducirse rápidamente; de modo tal qué en unos 30 años hubieran habido tantos musulmanes que, merced al muy europeo concepto de Derechos Humanos, la imposición de la Sharia hubiera sido una necesidad urgente para no violarlos en desmedro de quién los desprecia

    Lo característico del Efecto Estocolmo, en cambio, es un amor desmedido y una admiración, también desmedida por tu raptor, Alemania en este caso.
    Es difícil predecir como acabará esto, pero,se avecina para la UE una prueba definitiva en su relación con sus captores, y el Efecto Estocolmo. Trump acaba de hacer saber que quiere que los países europeos donde hay bases militares norteamericanas paguen no sólo por su mantenimiento, sino un adicional del 50%. Es decir, una cifra igual al 150% de sus costos.
    Las opciones morales para la UE son sólo dos: la UE acepta la imposición o no la acepta de plano. Lo primero constituiría la renuncia definitiva a la dignidad, y a 2.000 años de luchas por ella.

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  5. En la actualidad en la «europa colonial» todo es una farsa.
    Es muy curioso como se insiste en culpar de todo los males a Rusia, olvidandose que Europa tiene el mayor récord criminal en la historia de la humanidad, un numero tan elevado que comparados con los llamados “crimenes de Stalin” estos serian solo unas travesuras infantiles.
    Basta recordar los siglos de crimenes del cristianismo, las conquistas o las guerras mundiales. Por cierto se debe recordar que Europa ha invadido varias veces a Rusia, los rusos solo una vez entraron en Europa persiguiendo a los nazis en su maratonica retirada.
    Pero la realidad es que desde el final de la II Guerra Mundial los estados europeos se convirtieron en colonias dentro de la OTAN con el cuento del “cuco sovietico” y perdieron toda la facultad de tener su propia política para al final ser embaucados con el sistema monetario del euro perdiendo la independencia económica.
    Acaso alguien puede creer que todo lo ocurrido fuera accidental y que la creación del euro como una moneda “ no funcional ” fuera solo un error o una estupidez, en lugar de crearse un premeditado generador de deudas nacionales con una moneda “fuerte” que asegurara su valor. Los futuros acreedores se aseguraban y solo se trataba de hacerlos endeudarse en grande.
    Y ha sido una tontería trás otra con consecuencias desvastadoras no solo en lo político y económico, lo peor también ha sido en lo moral, porque nadie puede confiar en los llamados lideres europeos que negociaron el bienestar de sus por prebendas y comisiones.
    Lo peor del caso es que no hay esperanzas. Ahora como una medida de control de daños intentan vender un nuevo espanto: el “cuco ruso”y su amenaza nuclear, con lo que solo lograran aumentar la tasa de suicidios.

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  6. La crisis de las chaquetas amarillas a la que tan poca importancia se le está dando en España, es mucho más importante de lo que se cree , un importante segmento de la población se nota excluida y oprimida, mientras por arriba los ricos se distancian de ellos y cada vez son más ricos y por abajo una masa de población subsidiada, en gran parte inmigrantes, les supera , o iguala, en renta a base de múltiples subsidios y con menos , o ningún impuesto.
    Está llegando una generación que no puede comprarse un piso, con sueldos muy bajos, si los tienen, y una formación universitaria pésima pero con las ínfulas del pasado, y que tiene que vivir en la VPO de la época de Franco de sus padres, y que se van empobreciendo año tras año, el hijo del propietario del barrio de Salamanca tiene que irse a barrios periféricos en el mejor de los casos al repartir la herencia entre los hermanos, es decir, la clase media se empobrece.
    Lo de Rusia es simplemente un esperpento, pero como la lluvia fina, cala, la versión oficial es que Putin es un dictador y cualquier opinión al contrario es atacada, aunque es curioso ver como por cada noticia antirusa ( que son todas ) los comentarios que aparecen son , en su mayoría, favorables a Rusia.
    En la práctica el ataque a Rusia es un justificante de mayor gasto militar, sueldos, etc, pero se está llegando a un extremo peligroso y recordemos que como decía Talleyrand, «Rusia nunca es tan fuerte o débil como parece».
    Otro tema es la pésima gestión por los rusos del postcomunismo al contrario que los chinos, pero esa es otra historia.

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  7. Agradecimiento, admiración y difusión de sus ideas claras y directas, puñaladas y estocadas. Bonus points por usar la palabra quilombo, saludos desde el calor húmedo de Buenos Aires

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