La desaparición de los glaciares que alimentan a 2000 millones en Asia complicará en extremo las cosas este siglo.
Recorriendo los confines noroccidentales de China, el viajero se sorprende hoy al constatar que hasta hace solo unos mil años en pleno desierto de Taklamakán, en el actual Xinjiang, había importantes asentamientos humanos. La sequedad del ambiente en uno de los puntos del planeta más alejados de cualquier océano, ha preservado restos de asentamientos -y hasta de árboles frutales- que habían sido florecientes hasta el siglo VIII y que filtraron todo tipo de influencias, persas, chinas, indias, y helenísticas a lo largo de la ruta de la seda. ¿Cómo podía vivir, e incluso practicar la agricultura y la ganadería, toda aquella gente en un medio hoy completamente inhabitable y carente de vegetación? La respuesta a esta pregunta está en el agua.
Hace mil años, los glaciares del Kunlun y de las otras cordilleras que alimentan los ríos que fluyen hacia el Desierto de Taklamakán, fundían una cantidad de agua mucho mayor que en la actualidad. Los ríos de los que dependía la vida en decenas de asentamientos humanos en medio del desierto, se secaron o perdieron vigor, y el desierto avanzó unos cien kilómetros, cubriendo de arena ciudades y templos.
“Aunque era árido, el medio ambiente era mucho más favorable, había más cursos de agua, más árboles y se podía sostener cierta agricultura y ganadería en lugares hoy absolutamente desérticos e inhabitables”, me explicó hace unos años el arqueólogo Wang Binghua. “Aunque las condiciones de vida eran duras, eran mucho mejores que las actuales”, decía.
Son muchos los lugares que vieron nacer civilizaciones milenarias y que hoy, convertidos en eriales, ilustran la influencia del clima en la transformación de regiones enteras. Sin embargo, como es sabido, las actuales transformaciones y alteraciones del clima de origen humano son de una magnitud y consecuencias incomparables con lo conocido en el pasado..
Los glaciares del Himalaya se están fundiendo a un ritmo más rápido que en cualquier otra parte del mundo. Esos glaciares alimentan los principales ríos de Asia (Yangztze, Amarillo, Ganges, Brahmaputra, Irrawady, Mekong…) y garantizan su caudal durante la época seca. Sin el aporte de su glaciar, el Ganges, por ejemplo, perdería el 70% de su caudal en época seca, y con el Río Amarillo pasaría algo similar.
Todo esto es conocido desde hace tiempo, pero este mes un estudio publicado en Nepal por el International Centre for Integrated Mountain Development (ICIMOD), tras cinco años de estudios, ha llegado a la conclusión de que incluso en la hipótesis más optimista de cumplimiento del acuerdo de París para limitar el calentamiento global a 1,5 grados respecto a los niveles preindustriales, algo muy poco probable, la tercera parte de los glaciares del Himalaya desaparecerán.
Las consecuencias de ese cambio para diez de los sistemas fluviales más importantes del mundo afectarán directa y severamente a 2000 millones de personas para fin de siglo. Muchos de los ríos de Asia se convertirían en algo parecido a ríos de estación, que solo llevan gran caudal en la época de lluvias. El problema es que el 80% de la cosecha china y el 60% de la india, dependen de la irrigación ¿Qué pasará con sus poblaciones?
Que las ciudades del Taklamakan desaparecieran hace algunos siglos, o que algunas regiones de Mesopotamia en las que se inventó la agricultura hace diez mil años sean hoy páramos, no afecta al conjunto del planeta. Lo de ahora sí: que en el mundo que viene de 9000 millones de habitantes, el suministro de alimentos de 2000 millones de ellos se vea mermado es algo que necesariamente afecta a todos. Siendo China el primer productor mundial de grano e India el segundo (Estados Unidos, el tercero), lo que pase con el trigo y el arroz en China e India, es asunto que importa a todo el mundo.
¿Cómo se resolverán las relaciones entre grandes potencias acostumbradas a razonar y reaccionar militarmente ante los problemas? Es muy probable que el estrés y las tensiones vinculadas a la crisis alimentaria, aumenten el número de estados sumidos en la quiebra y el desorden. Y algunos de ellos serán potencias nucleares; Pakistán parece presentar óptimas condiciones para ello. Y, por desgracia, la desaparición de los glaciares del Himalaya no es la única alteración grave que el cambio climático anuncia.
Así formulado, estos problemas parecen una fatalidad abstracta: una responsabilidad “del hombre”. En realidad el hombre ha sido por primera vez factor de cambio geológico al estar inserto en un sistema socio-económico particular y concreto que se llama capitalismo. El sistema que hace unos siglos puso el beneficio y la economía en el centro de la razón humana, nos lleva directos hacia algo parecido al suicidio. Para cambiar esta aparente fatalidad es necesario cambiar de sistema. Si llegáramos a ser capaces de tal cambio, ¿cómo y por qué otro sistema lo cambiaremos?
(Publicado en Ctxt)
T’has deixat, per mi, un de molt importat, la dessecació del Mar d’Aral, veure bucs varats i escorats rovellant-se sobre la sorra del que fou el «fons marí», et deixa corprès. Sembla, diuen, no sabien que l’aigua no brullava sinó que, en tenia mercès a les aportacions hídriques, les quals les van utilitzar per a altres afers, deien, eren molt més importants. Mai van prendre consciència del que podria passar, no interessava a ningú.
Quan es perd el respecte per la naturalesa el desastre està servit més aviat que tard. Veure Taklamakan és un bon recordatori del que va ser i, de com ha esdevingut en un gran desert, el més allunyat de la mar que existeix.
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Me parece que la sociedad humana o bien la especie humana nunca ha demostrado ser capaz de enfrentarse a los problemas de forma global y me parece muy improbable que lo vaya a hacer ahora y tan de repente. Parecía o quizás quiso parecer que había una época, posiblemente en el 68 o quizás, en que el ser humano iba a cambiar, pero todas las esperanzas se desvanecen como el humo. Quizás en época de expansión económica resucita la vana esperanza, pero en cuanto hay la menor crisis o escasez, lo que guía la conducta es el miedo. Prevalece el egoismo más descarnado. ¿Cómo vamos a negociar ningún acuerdo planetario, si ni siquiera somos capaces de rescindir un contrato relativamente minúsculo de venta de armamento como en Yemen?
Así, que lo único que nos queda es esperar, esperar que nos salve la santa tecnología, o bien que los datos de los científicos sean incompletos o erróneos.
Más temible que el propio cambio climático, será como en toda crisis, las injusticias que se cometan y las previsibles guerras. En lugar de afrontar el problema de forma solidaria lo esperable es una lucha sin cuartel por los recursos y el desprecio para los que sufren. Ya lo vivimos en pequeña escala recientemente con la crisis inmobiliaria, en lugar de paliar los daños entre todos los ciudadanos se aplica la doctrina del «shock». Dicha crisis que pudo parecer muy gorda, era una crisis de juguete si la comparamos con la que se avecina o por ejemplo con las que había en la Edad Media con las enfermedades y pestes.
Mientras tanto, lo mejor será la estrategia del avestruz, vivir tranquilamente sin pensar mucho en ello, al menos preservar la salud mental, ya que nada podemos hacer, como hace cualquier persona en su día a día ante lo inevitable.
Por último, si la civilización sobrevive ya imagino a los amantes del progreso, vanagloriándose y felicitándose de cómo la humanidad avanza, a pesar de los traspiés. Traspies que será y es el traspies de los muertos, de los que quedan y quedarán para siempre mudos y a la vez incapaces de blasfemar contra el Progreso.
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Cómo siempre, coincido con tí en casi todo, Rafaél. Por tanto, sólo quiero complementar lo qué dices. En realidad el problema es muchísimo más grave que lo que se piensa y de lo qué tú describes. No solo los glaciales del Himalaya se están fundiendo, sino también los de Latinoamérica y seguro los de Európa e incluso África.
Esa tendencia dará un salto dentro de poco, cuando empiece a emerger el gas metano: CH4, contenido en el permafrost de la Siberia, el Canadá, Alaska y en las profundidades del oceáno. En esas regiones se encuentra atrapado en forma de unos cuasi compuestos, llamados clatratos. Con el aumento de la temperatura global, se está liberando de a poco, hasta qué, en cierto momento, dentro de pocos años, saldrá en masa a la atmosfera, en la forma de un gigantesco pulso.
¿ Cuál es el problema con el metano?: qué hay billones de toneladas de él: 50 Giga toneladas, muchas más qué de CO2 y qué tiene una capacidad de retener el calor terrestre 20 veces mayor qué la del CO2. Por tanto, su aparición elevará la temperatura media global muy por encima de los valores qué se estiman teniendo en cuenta el aporte de sólo el CO2. En relación con este asunto del metano, recomiendo a tus lectores ver los siguientes vidéos en YOUTUBE: «Converstations with great minds: Guy Mc Phersons/ Human extinction in our life time?, o, también: » Methane apocalypse, Everthing else a Distraction», o «A espiral da morte no Artico e a bomba relogio do metano». Son descripciones hechas por científicos.
El Dr. Mc Phersons es un científico norteamericano que estudia el Ártico desde hace 30 años. Él afirma, y yo le creo, qué ya no hay nada por hacer, qué apocalípsis es irreversible. Cuando el periodista le pregunta: ¿ y entonces Dr., qué podemos hacer?, él contesta: «nada, sólo queda portarse bién de ahóra en más y punto.»
Y eso, justamente, es lo qué no estamos haciendo, de múltiples formas: poner a un Trump de presidente de USA, es una, por ejemplo. Pero hay más, más sutiles y muchísimo más peligrosas. Me referiré sólo a una, poco o nada percibida: el otorgamiento de premios Nobel por parte de la Académia Sueca de las Ciencias a (supuestos) científicos negadores del cambio climático.
En efecto, los últimos Nobel de Economía han sido otorgados a dos norteamericanos: Romer y Nordhasus. A Nordhaus por haber, (supuestamente) establecido un modelo matemático qué acopla la economía con el cambio climático, del cuál él, (Nordhaus) y sólo él, digo yo, deduce qué el cambio no será tan apocalíptico. A Romer se lo regalarón por un cuento aún menos verosimíl: por haber «demostrado» qué un aumento en la temperatura media global de 3 grados centígrados, no producirá grandes problemas (sic). Se ve qué el hombre no escuchó de Mc Pherson ni de tí, Rafaél, ¿eh?
No se cuál es la formación académica de Nordhaus, sería raro, aunqué no imposible, qué sea economista (neoliberal) y meteorólogo o físico a la vez. En todo caso, si logró «acoplar» dos sistemas de categorías tan absolutamente distintas, como son la economía y la física de la atmósfera, sería una rara mezcla de Einstein y Newton, qué además sabe hacer milagros: el milagro de mezclar perfectamente la materia física, y en perpétuo movimiento (el sistema atmósfera- oceános) con la no materia, es decir, la ideología neoliberal.
Yo creo qué eso se puede hacer solamente por decreto. O, lo qué es lo mismo, aplicando una estratagema carísima a los economistas neoliberales: recurrir a la «definición creativa». Es decir, a la falacia lógica de «definir» un concepto, para luego dotarlo de realidad; esto es, «decretar» qué existe. ¿Sabrá el señor Nordhaus qué es el sistema acoplado de ecuaciones en derivadas parciales de Navier y Stockes? Pués, este y ningún otro, es el sistema qué describe el movimiento de las grandes masas de aire, acoplado al calor generado por el Sol en el Ecuador y a las corrientes oceánicas, de define los cambios climáticos. ¿ Como «acoplar» «eso» a los psicóticos cálculos financieros de la gente de la Reserva Federal y de Wall Street? That´s the big question. Nobody can
En cuanto a Romer, se ve qué a él sólo le calienta qué los míl millones de occidentales salven sus partes intimas, qué de de los otros 8 míl millones de humanos se ocupará Dios.
Ahora, no se puede dejar a un lado el papel de la Academia Sueca de las Ciencias en estas aberraciones. Estos señores suecos y noruegos, desde hace unos 40 años no se cansan de embarrar el legado de Nobel. No le dan el Nobel de Literatura a Borges, por ser de «derechas» y se lo dan a uno de ultraderechas: Vargas Lloza. A Cortazar y a Sabato no se lo dierón por ser de «izquierdas». El Nobel de la Páz se lo dieron a un genocida: Kissinger (Boko Haram no existía por entonces, suerte). Es hora de qué la opinión pública mundial critiqué fuertemente a la Institución del Nobel por sus desaguisados. Personalmente yo creo qué ya cumplió su papel y seria bueno qué desaparezca, pués se ha convertido en parte de una campaña de justificación de la no ciencia (la economía neoliberal) con la ayuda de la ciencia
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Grà cies
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Muchos veran estos acontecimentos por sus ventajas, un alivio demografico para los politicos y mejores precios para los hombres de negocio. Todos es muy creible si fueron capaces de eliminar a los hermanos Kennedy, al segundo para evitar la investigacion de la muerte del primero, la extraña muerte de Malcon X y la ejecusion de Luther King e incluso se puede incluir en la lista la sospechosa muerte del hijo del presidente Kennedy que curiosamente se «accidentaria» a los pocos dias de declarar a la revista HOLA que ya tenia edad para pensar en la presidencia .
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La plaga humana es la más devastadora con el medio ambiente
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